Saturándome las neuronas con los posibles resultados electorales, se me olvidó preparar una celebración para mi cibercumple. Fue a primeros de mes. Podría poner esa fecha y publicar, pero quiero dejar constancia de que los años no pasan en balde y la importancia que se suele dar a algunos acontecimientos se autodesplazan a un segundo plano cuando existen prioridades. Los nuevos amigos tendréis que confiar en mi palabra. Los que me acompañáis desde aquella época deberéis contener la emoción para mantener en pie la incógnita, ese es mi necesario deseo. Sin embargo nadie conoce mi aspecto, y éste es un dato por el que todos sentimos una cierta curiosidad ¡¿o no?! Pues eso tiene solución. Y qué mejor retrato se puede tener de uno mismo que el que te hace un inocente niño: sin poses, sin filtros, sin photoshop, sin prejuicios… sin piedad. Son seis. Prácticamente los mismos que tiene el autor de la foto; cuando yo nací en este mundo, él estaba a punto de aterrizar en el planeta. Salvo que en la blogocosa, seis años es una eternidad que permite tener vidas paralelas y donde el tiempo físico, paradójicamente, no tiene por qué pasar. Y como agua pasada no mueve molino, en lugar de fiesta, y en agradecimiento a vuestra incondicional presencia, voy a dar la cara. Esta soy yo:
a. volvo's photo-portrait, by D.A.M.
Con tanto detalle, cada uno podrá sacar su propia ¿impresión?. La mía, en su momento, fue que tengo buena mano izquierda...
Espero no haber decepcionado a la audiencia, porque a los amigos ya sé de antemano que no les importa en absoluto las apariencias; por algo sois amigos.