lunes, 26 de octubre de 2015

Asunto zanjado.



Contra todo pronóstico, o no, los que debían resolver el dilema se perdieron con extraños razonamientos por los cerros de Úbeda. Así que,  rebajando los humos, dejando a un lado el amor propio y con el rabo entre las piernas  decidieron (casi por unanimidad) recurrir a los servicios de los prestigiosos, aunque desconcertantes, Mor Tadelo y Fil Emón,  asumiendo de mala gana que un punto de vista opuesto suele concluir en un gran descubrimiento. Estos, que ya habían seguido el caso con interés, se descojonaron con la propuesta, encantados de la vida con la posibilidad de volver a tirar por tierra las teorías hiperrealistas. Aceptaron el encargo, claro. Y en menos de dieciséis líneas, batiendo su propio récord,  presentaron las conclusiones de sus pesquisas a las autoridades (in)competentes, en un folio Galgo mecanografiado con una Hispano-Olivetti M40 de toda la vida.

"El artista de marras nunca existió; se trataba de un menda que pasaba por el lugar y tuvo la mala suerte de que lo pillasen con los ojos demasiado cerca de las nalgas intentando leer lo qué rezaba el tatuaje. Lo que demuestra, nuevamente, que no hay nada peor que estar en un lugar en el momento y hora equivocados, y que las apariencias engañan que no veas.  

Dicho lo anterior, estamos convencidos de que el melón (o coco) nunca se perdió sino al contrario: como el corazón iba por su lado, la mente, harta de estar harta, siguió divagando por el suyo abandonando al susodicho a su suerte. Aparentemente, el cuerpo está incorrupto por el efecto curtidor del salitre, sin embargo, al interpretar las señales que Uds. ni vieron, apostamos unos vinos a que tiene el motor hecho unos zorros por el abandono autoinfligido. La prueba es que no hemos encontrado ni una gota de sangre que confirme lo contrario. Es cuestión de tiempo que se produzca el reencuentro porque, estadísticamente, no sirve de mucho tener demasiado seso sin sentimiento, y viceversa. Ambos están condenados a entenderse, aunque sea un poquito así, sí o sí.

Hay gente a la que le cuesta tanto alinear correctamente cuerpo/mente que ni practicando yoga a diario se reestructura:  acaba más perdida que un pulpo en un garaje sin saber que el remedio, a veces, por supuesto, es tan sencillo como echarse un buen... rock and roll, consigo mismo, sin necesidad de ir más lejos." 

Firmado: Tadelo&Emón.