lunes, 31 de octubre de 2011

Pócimas y misterios.


...Ya después de la comida, haciendo la digestión, noté que algo no iba bien. Un aturdimiento extraño luchaba por hacerse hueco en mi cabeza, al tiempo que me producía alucinaciones inverosímiles; mi cuerpo estaba sufriendo unos cambios tan rápidos y extravagantes que los ojos no daban crédito; en un santiamén pasé a medir trece centímetros y medio. Barajé las posibles causas, a saber: la queimada…, me pasé con el agua de rocío…, una súbita (e inevitable) implosión… Cualquiera de ellas encajaba a la perfección dentro de las probabilidades concurrentes.

Durante un par de horas estuve dando saltitos para volver en mí, pero el cambio no parecía ser reversible... Yo cada vez me sentía más cómoda más volátil más ligera. Pensé en las posibilidades que me ofrecía semejante mutación, y se me ocurrieron unas cuantas. Me puse manos a la obra... 

Aún no he decidido lo que haré. Practicaré sin descanso hasta el crepúsculo.


sábado, 29 de octubre de 2011

La gata sobre el tejado de hojalata.



¿Cuánto tiempo había transcurrido desde la última vez?... Si no se producía un cambio de última hora, el azar se disponía, en breve, a despertar de su anestesia el agradable sabor de  aquel edulcorante con propiedades curativas. ¡Tanta meticulosidad para nada! –sentenció observando cómo su Señoría, estresado por la última llamada recibida, y con el tiempo pegado al culo, dejaba la puerta de la cocina abierta con el desayuno intacto dispuesto sobre la mesa. Ya su lengua se excitaba erizando las papilas de la punta, preparándose para acometer el primer lametón por el borde  de la taza, y proseguir hasta donde fuese posible llegar, en busca del espeso néctar asentado en el fondo.  No era de recibo desaprovechar la ocasión de pegarse un festín a costa de un descuido ajeno… Y eso que parece tan tranquiloque lo tiene todo controladoque ha nacido para ser p e r f e c t o Una astillita de tímida felicidad se le clavó en el nublado cielo del paladar; sin pestañear, rememoró su pasado de golosa empedernida. Era cuestión de paciencia. Cuando oyese alejarse el ronroneo del viejo auto con el esqueleto de su amo aferrado al volante, sería el momento de actuar. ¿Qué más daba unos minutos más? ¿Acaso la espera de algo bueno no es ya una delicia en sí misma?
 

martes, 25 de octubre de 2011

Anónimos.


Quedaron en un café. Pidieron dos cortados. Ella observaba sus ojos. Él miraba...a sí mismo. Resbalando por el cristal quedaron los sorbos de espuma, testigos. Dos besos corrientes se expatriaron en la esquina. Ella se fue colmada. Él, por donde vino, bamboleando su flemático onanismo.


sábado, 22 de octubre de 2011

Weekend in blue.


Quien conserva la facultad de ver la belleza no envejece
(Franz Kafka)


martes, 18 de octubre de 2011

Dulce hogar.


Me siento a gusto en mi pequeño rincón. Cuatro paredes de robusta piedra protegen los trastos necesarios para no morir; una cafetera, un microondas, un cenicero negro; una cama doble partida por la mitad (media para mí, el resto para soñar), una manta maragata, un espejo  sin reflejo, una vela con llama regulable, un sombrero sabinero (recuerdo de una noche loca); un sofá picota (de color picota, donde me tumbo, a veces, cuando me entra frío), un televisor desenchufado, una mesa de cristal blindado, otro cenicero (éste amarillo); una ducha, dentífrico/gel/champú, crema hidratante, un excusado (sin excusas); un fax completamente inútil, un imac de museo, una impresora, un teléfono sin números, medio taco de post-it intacto  (ya no puedo dejarte notas de "Love...", ni encontrar las tuyas "Nena..."), ¡tres cámaras de fotos!, un ipod relleno de metáforas, trescientoscincuenta.mil libros pendientes de leer, otro cenicero (azul cielo, o malvarrosa, no sé);  el rincón de la calma  (con las especies que sobrevivieron al desastre: el Ficus benjamina, la Bougainvillea spectabilis, la Schefflera arboricola, la Saintpaulia ionantha, el Ficus elastica robusta, el Epipremmum aureum, y la bella  Phalaenopsis schilleriana (adoptada posteriormente). Una puerta abierta al mundo, y dos ventanas (una para contemplar amanatardeceres mientras escampa; la otra, fortificada, agrietada para dejar paso a las volutas que se cuelan de ti).

sábado, 15 de octubre de 2011

... Es el momento de volar.

Tal vez fuimos hijos de la comodidad pero no seremos padres del conformismo.















viernes, 14 de octubre de 2011

Enciende tu farola...


... con el esfuerzo global conseguiremos encender un gran amanecer para el bien común.


* * * * *
*Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.

Leer el Manifiesto.
* * * * * 

¡Nos vemos en la calle!


martes, 11 de octubre de 2011

Mensaje en una botella.


Un día me bebí tu mirada. Desde entonces, tus silencios forman parte de mí: de mis recuerdos, de mis emociones, de mis fantasías, de todo lo que miro y admiro... ¿Para qué más palabras?. Las palabras, hiladas unas con otras, tienden a confundir.


jueves, 6 de octubre de 2011

La elegancia del erizo.


...
...¿Cómo diría yo? Irradia inteligencia. Y sin embargo, bien que se esfuerza, ¿eh?, salta a la vista que hace cuanto está en su mano por que la gente piense que es una portera normal y corriente, y por parecer tonta perdida. Pero yo ya la he observado cuando hablaba [......], cuando mira a las señoras del edificio que pasan delante de ella sin saludarla siquiera. Ella tiene la elegancia del erizo: por fuera está cubierta de púas, una verdadera fortaleza, pero intuyo que, por dentro, tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalillos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes. [......]

He aquí pues mi idea profunda del día: es la primera vez que conozco a alguien que busca a la gente y ve más allá de las apariencias. Puede parecer trivial, pero yo creo sin embargo que es profundo. Nunca vemos más allá de nuestras certezas y, lo que es más grave todavía, hemos renunciado a conocer a la gente, nos limitamos a conocernos a nosotros mismos sin reconocernos en esos espejos permanentes. Si nos diéramos cuenta, si tomáramos conciencia del hecho de que no hacemos sino mirarnos a nosotros mismos en el otro, que estamos solos en el desierto, enloqueceríamos. [.......]

Yo suplico al destino que me dé la oportunidad de ver más allá de mí misma y de conocer a la gente."
...

Muriel Barbery

(Un libro de lectura altamente recomendable.)

sábado, 1 de octubre de 2011

Fuera de lugar.


Guardar… almacenar siempre todo, ocupa demasiado espacio…

He comenzado por desmantelar el altar que tenía en el cuarto. Sobre la mesilla de la derecha, mirando la cama de frente, un marco con tu rostro  aún adolescente, y unas flores casi siempre secas, era lo que más dominaba la estancia, asaltando cada noche mi mirada, sometiendo mi corazón y mi cuerpo a una presión que superaba el vacío dificultando el camino hacia la salida (si es que la hay, y si la encuentro) de este desierto tan gris, demasiado hostil para la vida...Las piedras no saben de amores.



El tiempo lo cura todo y lo quema todo (Ana Mª Matute).