viernes, 25 de febrero de 2011

Sí, quiero.


Habían coincidido en una desconocida Feria de ladrillos. Él: fuerte, concreto, conciso. Ella: menuda, sutil, etérea.  Tan parecidos en el continente, opuestos en contenido, nadie entendía el aura de atracción que los envolvía. Sólo ellos hallaron la razón para la unión perfecta ... Ninguno de los dos necesitaba un techo.


jueves, 24 de febrero de 2011

El imperio de los sentidos.


Para cuando mis sentidos quieran aprender 
será tarde para el deseo que ahora los consume.

El texto es de: Anne


Las palabras en color (en las entradas) son enlaces.

domingo, 20 de febrero de 2011

La belleza está en los ojos del que mira.


Hazme una de esas fotos que tú haces;
empaña el objetivo, desenfoca
lo justo y mide mal la luz. Ahora
que está cayendo el día no es difícil
salir favorecida. Que los rasgos
se suavicen, que todas las arrugas
del alma y del contorno de los ojos
desaparezcan y que quien me mire
piense que puedo merecer la pena.
Y sobre todo, que lo que emocione
de esa foto no sea yo, que salgo
allí, sino tus ojos que la han hecho.

Amalia Bautista.

Ley de vida.

Nacer...


Crecer...


Morir.


La Naturaleza no entiende de filosofías, 
no se hace preguntas metafísicas, 
ni se deprime.

Deseo ser árbol;
esperar con los brazos abiertos
sin pedir nada a cambio.



miércoles, 16 de febrero de 2011

Antenas en la niebla.


El cerebro es una máquina alucinante… 
Domingo por la noche. El Sr. Punset entrevista a un neurocientífico que le revela la forma en que nuestro cerebro va tomando decisiones por nosotros, con tanta rapidez que ni nos enteramos...Concluye que, muchas de las que nos parece  tomar a nivel consciente, nuestro inconsciente va por delante siempre.

Mismo día. Diecisiete cuarenta y cinco. AP-7. Velocidad rutinaria de autopista. Una recta. Un tapacubos viene rodando por la derecha hacia el arcén. ¡Objeto fuera de lugar!, mi inconsciente trabaja a destajo. El coche que va delante de mí lo esquiva por  la izquierda, cotilleando "a ver qué pasa", dejándome el espectáculo al desnudo: una peonza roja de unos mil doscientos kgs. zigzaguea dudosa unos segundos, recula inesperadamente y se queda clavada en el arcén, con las ruedas traseras pisando las hierbas al mismo tiempo que me acuerdo de la madre de la tortuga boba que, hace apenas unos segundos, esquivó el proyectil rojo que ahora tengo a unos pocos metros. Se me encoge el pecho desplazando el corazón al cerebro. Mi consciente se mueve al ralentí. No me da tiempo de sentir miedo, éste, espantado, entra  en estado de shock, espoleando al instinto de supervivencia. Nadie detrás. Intermitente izquierdo. Me sitúo, como puedo, detrás del imbécil que ya ha decidido apretar el acelerador para hacer mutis por el foro. Intermitente derecho. Compruebo la situación por el retrovisor con intención de parar si es menester. Dos siluetas salen por su pie. Decido seguir…tengo al pelotón  de domingueros detrás, y por la izquierda… todos con prisa por llegar.

¿Qué hubiese pasado si no reparo en el objeto fuera de lugar? ¿Y, si hubiese salido del lugar de origen diez minutos antes, o después?

Mi sangre fue reconquistando su lugar habitual pero aún siento un temblor en las piernas, y muchas preguntas rodando en la cabeza. Yo, que odio las despedidas a la francesa...



lunes, 14 de febrero de 2011

Donde caben dos, caben tres....


... con reservas.


jueves, 10 de febrero de 2011

A mil.


La tensión eléctrica es una magnitud física que cuantifica la diferencia de potencial eléctrico entre dos puntos. También se define como el trabajo por unidad de carga ejercido por el campo eléctrico sobre una partícula cargada para moverla entre dos posiciones determinadas. Se puede medir con un voltímetro.

También es denominada como voltaje cuando se expresa en voltios (V), que es la unidad del Sistema Internacional de Unidades para esta magnitud y para el potencial eléctrico.

La tensión es independiente del camino recorrido por la carga y depende exclusivamente del potencial eléctrico de los puntos A y B en el campo eléctrico, que es un campo conservativo.

Si dos puntos que tienen una diferencia de potencial se unen mediante un conductor, se producirá un flujo de electrones. Parte de la carga que crea el punto de mayor potencial se trasladará a través del conductor al punto de menor potencial y, en ausencia de una fuente externa (generador), esta corriente cesará cuando ambos puntos igualen su potencial eléctrico. Este traslado de cargas es lo que se conoce como corriente eléctrica.

Cuando se habla sobre una diferencia de potencial en un solo punto, se refiere a la diferencia de potencial entre este punto y algún otro donde el potencial sea cero. (¡Hummmmmm, muy interesante ésto!)


Oxalis

Oxalis pes-caprae

He oido que la posibilidad de encontrar un trébol de cuatro hojas es de 1 entre diez mil. Conseguirlo, según dicen, es  sinónimo de suerte; suerte no implica, necesariamente,  felididad.


jueves, 3 de febrero de 2011

Onírico.

Relato XV


(el anterior)


No me gusta hablar (ni en público) de recetas de cocina. Lo pienso mientras preparo los componentes que se convertirán en albóndigas: carne picada de cerdo y de ternera (fifty/fifty), un diente de ajo muy trinchadito (hasta que pierda el espíritu), perejil picado (a discreción), un huevo fresco (sin cáscara ¡claro!), pan rallado (sin pasarse) y un poco de sal (la que quepa entre tres dedos: pulgar, índice y corazón). Para mezclarlo todo no vale utilizar utensilios (salvo el cuenco-contenedor)…en cocina, hay que utilizar las manos, sin reserva, hasta las muñecas, con mimo y respeto porque luego se agradece en la boca.

Entro en los ingredientes con el fin de homogeneizar el conjunto, lo remuevo, lo aprieto con cariño, aumento la presión para que tomen contacto entre sí, asegurándome de que nadie se escape, se amotine, o se esconda. Me lavo las manos. Lo dejo reposar todo mientras preparo la sartén con  aceite y una olla al lado, me fumo un cigarrillo, y me escapo unos minutos por el cristal de la ventana donde se dibuja el mar (la mar), azul tranquilo, con el sol de mediodía acariciando las olas y las gaviotas juegan a perseguirse porque sí

Regreso al cuenco con los dedos soñadores (inmaculados), los espolvoreo con harina y separo del conjunto como una cucharada (más o menos) de la masa olorosa, aprieto (un poco) la carne entre los tres dedos de sal para darle una nueva forma (aún es un boceto) y la deposito sobre la palma de la mano. Como es incapaz de hacer nada ella sola … la cubro con la otra mano (en el hueco de ambas escondo un tesoro) y procedo a girar las manos coordinadamente para que su roce le confiera la forma deseada, uniforme, compacta... Es absurdo, me digo, a quién puede interesarle lo que ingiero ... ¡si al menos fuese capaz de contar lo que pienso...! ...

Rogamos disculpen esta interrupción, debida a una repentina bajada de tensión, totalmente ajena a nuestro servicio……

... Y así una tras otra, hasta vaciar el cuenco. Me lavo las manos. Concentré de viandes al aroma de Thymus (teorizo), quedaría mucho más ¿distinguido? que “Albóndigas al tomillo”, y tendría la satisfacción del reconocimiento a un trabajo bien imaginado, además suena a exquisitez, para paladares de alto estanding nutridos más por apariencias que otra cosa. En el aceite caliente voy depositando las esferas (su forma definitiva), volteándolas con cuidado para que no se chamusquen (ni me queme). Cuando están ligeramente doradas las introduzco en la olla que está (esperando) al lado, agrego el aceite de la fritura, y la pongo al fuego. Espolvoreo una cucharadita de tomillo y dos pulgaradas de orégano, le doy una vueltas y las cubro con agua (¡¿Qué sería de esta receta sin su salsa?!) Dejo cocer unos treinta minutos (más o menos), a fuego muuuy lento…como debe ser.