Sabes que los próximos días no son buenos para los pensamientos de Sole; se le desbordan las emociones y se encuentran, y se le pelean, los sentimientos.
Durante este año, ha hecho un gran esfuerzo por estar y, la verdad, dice, no le ha resultado demasiado difícil gracias a que, cuando abre la ventana, tú estás ahí mirando, sonriendo, moviendo los labios, gesticulando, dibujando en el aire señales afables y guiños divertidos obsequiando vidilla...
Yo, que la amo como si fuese una parte importantísima de mí, me voy para prestarle mi hombro y regalarle pañuelos.
Sabes que cuando me ausento siempre dejo la puerta entornada; si te apetece entrar, puedes hacerlo sin necesidad de llamar... me gusta encontrar tus huellas y tu olor cuando regreso.
Te dejo un beso.