miércoles, 5 de marzo de 2014

Por la boca muere el pez.



En el último río
de la ciudad, por error
o incongruencia fantasmagórica, vi
de repente un pez casi muerto. Boqueaba
envenenado por el agua inmunda, letal
como el aire nuestro. Qué frenesí
el de sus labios redondos,
el cero móvil de su boca.
Tal vez la nada
o la palabra inexpresable,
la última voz
de la naturaleza en el valle.
Para él no había salvación
sino escoger entre dos formas de asfixia.
Y no me deja en paz la doble agonía,
el suplicio del agua y su habitante.
Su mirada doliente en mí,
su voluntad de ser escuchado,
su irrevocable sentencia.
Nunca sabré lo que intentaba decirme
el pez sin voz que sólo hablaba el idioma
omnipotente de nuestra madre la muerte.

José Emilio Pacheco (1939-2014)


7 comentarios:

Esmeralda dijo...

Mee gusta el encuadre de esos peces.

La agonía, la de la asfixia, esa que ves venir poco a poco te mata por dentro... No se si es mejor oír las últimas palabras o quedarte con el interrogante.

tD++++b

Entre palmeras... dijo...

Yo he sentido esa sensación de un pez fuera del agua y el temor a la retirada de las olas...

Abrazos y lindo resto de semana

Piruja dijo...

Hola volvo, que triste poema que nos dejas, pero la verdad que así como el pececillo se debe sentir muchísima gente hoy en día, ver como te estas asfixiando y saber que no tienes remedio, que aunque te ayuden se acaba todo, se lo que es esa sensación y no quisiera sentirla de nuevo, aunque cada vez la veo mas cerca, en fin, como mucha gente verdad?

Besos.

karras dijo...

Joder que agonía amiga.
Es cierto que en alguna ocasión en uno de los charcos que se formasn en el riego de los jardines de Aranjuez he visto peces que luchaban de esta manera pero nunca tuve la sensibilidad interpretativa de este poeta que me ha dekjado los pelos de punta. Eso si..... los peces que yo ví fueron devueltos al río mediante una bolsa de plástico. Besos.

José Núñez de Cela dijo...

Una doble agonía. Tremendo!

alfonso dijo...


Yo te diría que hoy día hay pululando por ahí muchos peces que debieran morir,bien muertos, a tenor de las cosas que dicen, para desdecirse luego, en los medios de comunicación... o en las cámaras.
Eso diría.

· VVRTSdCLRS

· CR · & · LMA ·


Lucifer dijo...

En poesía, tanto el dolor como el gozo, se potencian. La tragedia de este poema, sólo podrá redimirse en otro, que exalte la vida.
La coquetería de ese pez luminescente, ayuda a sobrellevar la angustia de los versos que le siguen.