jueves, 16 de abril de 2015

El jardín interior.


Dignissima igitur atque in primis affectanda pulchritudo est
his praesertim qui velint reddere non ingrata.*
L.B. Alberti




Si alguien piensa que tres estilos de decoración no pueden convivir en armonía, ya puede ir cambiando de idea.

Después de aquella mañana, mi vecina y yo entablamos una especie de amistad basada, en primera instancia, en algunos puntos comunes: la cafeína, la nicotina, la decepción y la debilidad por las rara avis. Puntos que, aunque no lo parezca, están relacionados  con un modo de vivir la vida: el de creer en utopías y tener que tragar por huevos una realidad hostil. Además, las dos éramos del mismo signo y cada vez que nos reuníamos podíamos acabar siendo cuatro o más, dependiendo del día, lo cual abría un montón de ventanas por las que escapar del asedio al que estábamos sometidas: ella por una soledad impuesta, yo por haber acabado, involuntariamente, en el asfixiante espacio que queda entre una espada y la pared. Me encantó ver cómo había conseguido reunir en noventa metros cuadrados tres paisajes que le entusiasmaban: la calidez del rústico, las líneas rectas del moderno y el colorista oriental, todo tan perfectamente dispuesto que parecía un estilo con nombre propio; los colores, las formas, las texturas, las proporciones me llevaban por un camino ondulante tan ecléctico como uno de esos jardines perfectamente diseñados donde nada falta y  sientes cómo la emoción derivada de su belleza va in crescendo a medida que avanzas por sus entrañas y al final, en el rincón más insospechado, aparece la singularidad que lo hará especial. En este caso era un jardín elevado, como los de Babilonia, con la diferencia de que la vegetación había sido sustituida por montones de palabras agrupadas en historias de viajes, fotografía, arte, poesía, novelas madurando sobre estanterías de madera que, a todas luces, habrían nutrido el pensamiento de sus lectores en un pasado no muy lejano. Descartes, Benedetti, Whitman, Espriu, Hernández, Valle-Inclán,  Salinas, Belli, Márquez, Beauvoir, Frankl, Kundera, Cioran, Saramago, Pessoa, Millás, Mendoza, Roig, Nin, Camus, Auster, Sender, Hesse, Neruda, Sábato, ... una lista de admirados autores, demasiado larga para memorizar.

Se lo hice saber. Me miró agradecida y al tiempo que un velo de añoranza se disponía a caer sobre sus ojos añadió "Viajábamos siempre que el viento nos era propicio... Todos esos lugares, con su peculiaridad, nos parecían el mejor para pasar el resto de nuestros días... Pero nunca nos decidíamos por ninguno en concreto porque eso significaba tener que elegir uno y no estábamos dispuestos a renunciar a los demás, así que, de cada lugar, traíamos algún objeto que nos permitía disfrutar de todos ellos...  mientras creábamos el nuestro propio".


* La belleza es un factor de máxima importancia y debe buscarse con empeño sobre todo por quien quiere hacer agradables sus propias cosas.


7 comentarios:

Sergio dijo...

A mí ese jardín me ha fascinado. Me he enamorado de esa forma de belleza. Soy más sensible a las palabras que a la naturaleza y resulta que yo a mí manera cultivo también mi propio jardín. Porque también crecen una vez se siembran y adoptan connotaciones coloridas, fuertes, variadas... Esa amiga tuya es un tesoro.

Ginebra dijo...

Me ha encantado lo que escribiste. La relación con tu vecina, su forma de ver el mundo, la unión a través de ciertas similitudes y ¡todo en general!.
La estética mejora la calidad de vida, indudablemente. Hace más llevadero eso de estar "entre la espada y la pared":)
Besos

La utopía de Irma dijo...

Te voy a pasar a mi vecina por un tiempo indefinido.

Besines utópicos, Irma.-

Piruja dijo...

Hola volvo, la belleza para mi no es tan importante y según con quien hables es de una forma u otra, yo creo que la mas importante es la que se lleva dentro y mas cultivada por un jardín parecido al de tu vecina, que por lo que cuentas debe ser una delicia hablar con ella y estar en esos metros donde ha conseguido reunir que se este cómodamente a pesar de ser diferentes estilos de decoración, lo importante es estar cómodos:)
Lo que no esta bien es esa nicotina:)

Besos.

karras dijo...

Por momentos te he sentido vecina mía y me he sentido ese vecino.
Parece mentira la cantidad de personas tan parecidas que pisamos la misma tierra donde dejan sus huellas los malvados y que a pesar de todo y con autores y nicotina sobrevivimos a esta era que nos ha tocado.
Ese piso es su puerta, su escapatoria y a la vez su refugio. Totalmente de acuerdo con ella en enamorarme de todos los lugares por no ser capaz de enamorarme.......de uno solo.
Besotes muchos.

alfonso dijo...


Te diría que eres afortunada. Todos los demás disfrutamos de intensas conversaciones de ascensor, durante treinta o cincuenta segundos, y siempre que el tiempo fuera interesante ese día.
Y te diría que lo escrito está muy bien escrito. Es que sabes un montón !!!

VLVRTSdeCLRs

· LMA · & · CR ·

volvo dijo...

Estoy convencida de que cuidas con esmero de tu jardín, S., lo leo en tus letras, y disfruto de sus aromas y bebo de sus fuentes. Besos.


También lo creo así, Ginebra.¿Qué sería de nosotros sin nuestras estética particular, propia, sin esas pequeñas cosas que nos reciben sonriendo cuando llegamos a casa?... Besos para ti también.


Uy, Irma, no sé yo si estoy capacitada para aceptar semejante reto, sobre todo por lo de "indefinido"... Besines para ti también.


La belleza, como yo la entiendo, es aquello que nos hace sentir bien, Piruja, no tiene por qué ser "bonito", entendido esto último como un canon establecido, sino bonito porque a uno le gusta. Tú misma lo dices.
La nicotina no es peor que el humo de los coches que respiramos a todas horas, y otros contaminantes que ingerimos sin saberlo :) Besos para ti también.


Es que... somos vecinos, Karras. Y me encanta la primera frase del último párrafo de tu comentario porque has dado en el centro de la diana; es el espíritu de mi texto. Besotes muchos para ti también.


Te diría que, de algún modo, lo soy, Ñoco, catorce pisos, a veces, dan para mucho y, otras tantas, para nada. En esta ocasión, hasta yo me siento satisfecha, ha sido un parto rápido aunque no exento de dolor. Yo, lo único que sé es que no sé nada. VLVRTSdCLRs para ti también.