martes, 8 de julio de 2008

Un hermoso abrigo

Querido amigo, echo de menos tu particular forma de darme el parte de la temporada…

Antes de que los grandes almacenes nos comiesen el coco con los escaparates, yo me enteraba, gracias a tus llamadas por el móvil, de que los campos ya lucían sus primeras florecillas y los árboles estaban a punto de vestirse con sus mejores galas…

…Qué lejos queda el tiempo en que el río (seco durante el resto del año) se desbordada por culpa de la nieve derretida con los primeros calores de la primavera recién estrenada…la perra danzando a su merced por entre los matorrales jugando al escondite con una mariposa invisible.

…Yo sonreía, porque veía tu entusiasmo de esa vida a través de tu voz que me recordaba mi sueño –algún día yo haría lo mismo, te llamaría para contarte como iban mis lechugas y mis tomates, mis pepinos y mi girasol, y mis gatos, y quedaríamos todos para comer el domingo, y…-.

Qué lejos quedan algunos de nuestros sueños...................

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