martes, 17 de julio de 2012

A personal craisis.



Encontré a Sofía barajando facturas y extractos bancarios. Siéntate -dijo, enseguida preparo un café. Si no surgen demasiadas zancadillas, prosiguió, sobreviviré un par de años más estirando el chicle. Ya no sé muy bien de dónde recortar. Desde que empezó la crisis, he descubierto el apurado de las maquinillas con cinco cuchillas que serían la envidia de muchos corta-césped. En los últimos cuarenta y ocho meses, he ido dos veces al cine. Hace dos años anulé un seguro médico; negocié con la aseguradora una nueva tarifa, teniendo en cuenta que apenas lo utilizaba, sugerí que deberían crear un bonus para quienes llevan con discreción su dolor, pero contestaron que no contemplaban esa posibilidad. He suprimido de mi vocabulario la palabra vacaciones y ahora sólo realizo algún desplazamiento. Incluso he restringido el cortadito con prensa que tomo alguna tarde, en un momento kit-kat. También me pasé al bando de las marcas blancas; en este paso decisivo, tuve un poco de ayuda pues me encontré con un estudio realizado a la calidad de la leche en el que constaba que, la de dos cadenas de supermercados, figuraban en segundo y tercer puesto, antes de otras con supuesto renombre. Desde el curso pasado no voy a clases de yoga; subo/bajo/subo escaleras, y respiro profuuuundamente para aprovechar al máximo el oxígeno. Y estoy pensando en dejarme el pelo como la señora que se ha hecho millonaria vendiendo horribles ositos, y fardar de que me lo he teñido de natural. Cuando enciendo la luz, me obsesiono con  los vatios que consumiran los halógenos mientras corro hacia el interruptor de la lámpara con bombilla de bajo consumo. Más pronto que tarde, me plantearé prescindir de internet y pasarme al papel de piedra, aunque no sé yo qué resultará más económico...
No debo deprimirme -encendió un cigarrillo convenciéndose a sí misma, sería un lujo y no puedo despilfarrar. Dos años es mucho tiempo... ¡Hasta me puede tocar el gordo de la lotería!... Otros, demasiados, no saben ni cómo podrán llegar hasta mañana.


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