Quedaron en un café. Pidieron dos cortados. Ella observaba sus ojos. Él miraba...a sí mismo. Resbalando por el cristal quedaron los sorbos de espuma, testigos. Dos besos corrientes se expatriaron en la esquina. Ella se fue colmada. Él, por donde vino, bamboleando su flemático onanismo.
9 comentarios:
Aquí seré "machista"... pobre de él.
:)
Él no la merece. Así que chimpún! A otra cosa mariposa, le digo a ella, que a buen seguro vale más que las pesetas, aunque ya no estén en circulación.
Un besico,
pero si eran dos cortados...
(espero haber elegido bien)
Cada uno, su opinión. A mi en particular me produce pena esta situación. Oye ¿Puede ser el museo Gaudi el que se vé a través de los cristales?. Un beso
Mejor que sólo haya sido un café.
Besitos.
Que se vaya a la porra (por él, lo digo)
Besicos
Antes que nada, muchas gracias por lo que me comentas en mi blog. Ese palacio es una maravilla ¿o quizá es tu foto la que lo es y lo ensalza? El caso es que de haber sabido que existía quizá me hubiera desviado hasta allí en el viajecillo que me marqué por Castilla y León hace dos veranos.
Desde luego, vaya tío egocéntrico, el de tu relato, si no quería mirarla a los ojos, al menos podria haber mirado el palacio...
¡Qué guapa la foto! con el interior en sombra y exterior bien iluminado. Lástima de esos dos coches que se han colado en la foto, sinó, sería una imágen que bien podría recordar a otros siglos.
Ay el onanismo...
saludos!!
Si las mesas de los cafés hablaran...la de historias que nos contarían.
Pd.- Más que un cortado yo creo que pidieron un café solo.(Y sin azúcar)
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