Buscando al Mago...

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La huída no fue tal…las puertas de la ciudad estaban cerradas y no pude ir más allá pero, terca como soy, me puse el mejor traje y, con la mente en blanco, me fui en busca de un Mago que, dicen, concede deseos casi imposibles.
Alguien me dijo que se hallaba en la ciudad Esmeralda, en el país de Oz.
En el camino me encontré con un hombre de hojalata que quería un corazón de verdad y a un león cobarde que deseaba ser valiente. También había un joven que necesitaba apartar de su vida unas pesadas nubes grises que lo seguían desde hacía algún tiempo. Muy cerca, le seguía una adolescente alegre y espontánea que quería saber más y más. Muy por delante, casi imperceptible desde dónde me encontraba, iba un gran guerrero. Su lucha consistía en defender sin descanso a unos escritores noveles que desfallecían con facilidad y siempre andaba pidiendo apoyo para ellos. Yo, deseaba, desesperadamente, recuperar mi cerebro para poder dejar mi corazón en su sitio.
Las pruebas que tendremos que pasar serán difíciles y, quizás, no consigamos nuestros propósitos…si así fuese…ya nos ha avisado la Bruja buena del Sur...”Si no puedes encontrar el deseo de tu corazón en tu propio patio es que nunca lo perdiste realmente”…”golpea tus talones juntos y repite las palabras: 'No hay lugar como el hogar' ”.