El guardián de mi corazón.

Cuando llega el día, ya con las primeras luces del alba, mi corazón se duerme entre romero y ramas de olivo. Su sueño tranquilo, sosegado, se mece en el azul de mar mientras mariposas y gaviotas le cantan al oído una nana de cebolla:

...
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
...
(Miguel Hernández)

Cuando el sol se marcha por el horizonte, llevándose en los bolsillos los restos del día, mi corazón abre los párpados y elevándose como el humo, pasea su soledad por el acantilado de la mano de la luz de la linterna del faro...haya estrellas o haya lunas.