lunes, 21 de junio de 2010

Cita anual.

 Papaver rhoeas

En todos los kilómetros de asfalto que se iban pegando a las ruedas, ni una amapola se dejaba ver en toda la llanura manchega, desde Cuenca a León, donde los campos ya lucían los tonos dorados,  rasurados, de un verano que lidiaba por beneficiarse, sin más, a Doña Primavera. Ella, calmosa, se negaba a abandonar el habitual protagonismo que le otorga la estación de los colores y del movimiento, como si con ella no fuese la cosa.

...¡Había insistido tanto, durante las últimas semanas...! sin éxito. Y no es que ella fuese sobrada de arrogancia, lo que sucede es que, con su habitual impaciencia, sólo conseguía cerrarla en banda. "A las damas hay que aproximarse sin prisas -recordó súbitamente...se las seduce con palabras inteligentes, seguridad en las intenciones y mucho, mucho, calor en los dedos"
El plazo estaba a punto de expirar y el tiempo corría en su contra; de aquella noche no podía pasar si no quería perder toda su credibilidad...
Puso toda la carne en el asador. "No podrá rechazar todo lo que estoy dispuesto a ofrecerle; prescindiré de las palabras que, a veces, siembran confusión. Tomaré su rostro entre mis manos y, acercando mucho los pulgares a la comisura de sus labios borraré con delicadeza las dudas que sellan su boca, y entraré despacito en su alma para prenderle fuego a la incertidumbre...".

 Juntos pasaron una noche corta, de largas horas locas. Dos días y medio después...embobada por los agradables lametazos de las llamas, exhalaba  profundos gemidos que paulatinamente la liberaban..., abriéndose, al fin, al placer de sentir desinhibida como una amapola al sol. Cerró los ojos complacida y se olvidó, por un largo tiempo, de sí misma.
Desde un rincón del mundo (donde encontré "mis" amapolas), con saudade. 

10 comentarios:

Felipe Medina dijo...

Bienvenida, y más si las amapolas desinhibieron aquello que quería quedar amparado en rácimos de pasión

Besos

Anónimo dijo...

prescindiré de las palabras que, a veces, siembran confusión. Que verdad es que a veces la crean.

Un abrazo

Gonzalo dijo...

Llegas como el verano.
Luz, calor... Como me gusta!
Un estival besazo.

Dean dijo...

Preciosas amapolas, dignas de las más grandes palabras, y aunque cada temporada florezcan es como si fuera la primera vez.
Un saludo.

Belén dijo...

Has acertado de pleno, querida... amo las amapolas con toda mi alma!!!

Besicos

Karras dijo...

Amapolas: emisarias de primavera, rojos labios de la llanura, faro para el caminante de las estaciones y al fin....una sonrisa para el alma. Bienvenida Tú al igual que ellas.

la jardinera dijo...

Ya es verano en nuestra vidas.

Besos,

la jardinera dijo...

Ya es verano en nuestra vidas.

Besos,

Ana dijo...

HAS "VOLVIDO"!!!
:)
Y con "AMAPOLAS rojas sobre lecho de verano al aroma de saudade"!!

Cielo,
tú y este espacio sois:
una delicia para la vista,
un aroma para el alma
y una caricia para el pensamiento.
Como siempre,
UN PLACER!

Dejo besos con pétalos
(rojos, of course!)

PD; ganas tenía ya de tu regreso, cachis! :)

VolVoreta dijo...

Por fin hicieron las paces D. Verano y Dª Primavera...ya disfrutamos de ese calor que tanto pedíamos. Ahora, empezaremos a "protestar" por las altas temperaturas que nos esperan :)

En el viaje de regreso he podido disfrutar de las amapolas que, por lo visto, se habían rezagado un poco a causa de las últimas lluvias. Todo un espectáculo que me invitaba a bajar del coche y "perderme" entre el trigo y el centeno... si no fuese porque el viaje es largo...

Gracias por estar "aquí".

Te dejo un beso.