miércoles, 25 de mayo de 2011

El arte de las malas artes.


No entiendo por qué me miras así. Adivino lo que estás pensando, pero no me siento culpable de que mi amante acuda a la cita sin intuir (o sí) que morirá entre mis brazos; yo no puedo evitar hacer lo que hago por la misma razón que él no puede eludir la atracción. Si lo piensas un poco, ocurre lo mismo con los toros; nada obliga a tan bravo animal a someterse al desplante del diestro, sin embargo, seducido por el abaniqueo del capote, se entrega voluntarioso a las malas artes de su embaucador, ignorando el  destino que le espera al final de la faena. Además, no sé por qué te extrañas tanto, también entre los humanos existen individuos sádicos y  masoquistas, y éstos sí que no tienen perdón, gozando, como presumen, del don de la razón.



Nota de la autora: tal vez conviene aclarar que los términos sádico y masoquista empleados en el texto no se refieren a una opción sexual (cada cual que disfrute a su manera); su sentido es meramente metafórico.



18 comentarios:

Karras dijo...

Lo siento Volvo. El toro está obligado desde el mismo momento y en contra de su voluntad lo meten en un recinto con cientos de seres sedientos de sangre que disfrutan de una muerte disfrazada con pasos de ballet. Sobre esto podríamos hablar mucho pero vamos a dejarlo aquí. Un beso

interpreta-sones dijo...

incluso intuyéndolo no podría remediarlo, porque siempre hay un roto para un descosido, el que se anuncia como canibal en internet y el que contacta con él ofreciéndose a ser devorado, como ocurrió en alemania.

josé rasero dijo...

¡Gran definición del amor!

Besos, Volvoreta!

Jordicine dijo...

El amor es así de extraño, no? A veces se gana y a veces se pierde. Buen texto, VOLVORETA. Y un beso!

noe dijo...

Es verdad que a veces nos dejamos seducir por cosas que sabemos pueden ser peligrosas.

Masoquistas o no, pensamos que nosotros no nos quemaremos, que controlaremos la situación o incluso, cegados por la pasión de ese rojo que nos nubla los ojos como si fuéramos un bravo toro, embestimos una y otra vez sin darnos cuenta del daño que nos hacemos a nosotros mismos.

Algunos, derrotados, agachan la cabeza. Otros, en cambio, cuando la cosa no sale como esperaban pasan de ser víctimas a verdugos y comienzan a disfrutar de la pasión y ceguera de otros.

Dean dijo...

A menudo somos cazados como hace la mantis con sus presas, la única diferencia es que sobrevivimos.
Un saludo.

flower dijo...

... y otras veces, aún a sabiendas de ser cazados, seguimos ahí, aunque nos duela mientras nos hincan el diente...

En el fondo es que somos GILIPOLLAS.

Por cierto, a mí no me parece una definición de amor, más que nada porque como la comparas con el tema de los toros... joooo, como que no. ¡No! En el amor no se va a sufrir, y si se sufre, no es buen amor.

Besetes,

Belén dijo...

Yo creo que muchas veces si sabemos a lo que nos exponemos, otras veces no...

Besicos

Olga Ricci dijo...

Me gusta la conjunción de la imagen de la mantis con tu reflexión... A veces desconocemos o no queremos ver el peligro de ciertas situaciones.
Saludos australes, Volvo!

belijerez dijo...

Tu si que estas seductora hoy tu post.
Genial!!!

Pulala dijo...

El poder del "siervo" está oculto, no se menciona, no se piensa.
Pero la verdad es que el "amo" no sería sin el siervo.
La verdad es que le necesita para sobrevivir.
Diminutos besos pero a cienmiles, Volvo ;)

virgi dijo...

La mantis es natural, otros se lo montan mal, hay quien está de acuerdo...en fin..
Besitos

Gonzalo dijo...

Me pregunto que es más difícil... "el Arte de las malas artes"?
o... el Arte de las buenas artes?

Un besazo, VolVo.

bisílaba dijo...

Aveces mantis... a veces su desafortunado amante...

besos!

Esilleviana dijo...

He pensado que en el amor, como en las demás relaciones (profesionales, de vecindad...) siempre hay uno que se entrega más que el otro. Uno que se deja llevar y otro que lidera o guía la relación.

Tu reflexión es muy poética y coherente.

un abrazo

Vera dijo...

Hablando de metáforas...Estas me recuerdan los discursos políticos en época de elecciones; sabemos que sus promesas son mentira sin embargo queremos/necesitamos creerlas, y entramos al trapo deseando (ciegamente) que lo prometido llegue a ser verdad. De nada sirven las experiencias vividas; sucesivamente repetimos...por algo hay más masocas que sádicos.

BsoT.

La sonrisa de Hiperion dijo...

Buahhh un caballito del diablo.... jajaja

Saludos y un abrazo.

Malvada Bruja del Norte dijo...

Tiene razón la "mantis" hay mucho humano que goza de la misma pasión, e incluso tienen un nombre: Mujeres/Hombres kleenex: Usar y tirar...Tirar, ni tan sólo se los comen...aunque casi mejor, seguro que much@s serían indigestos...